En cualquier organización, el acceso a Internet es fundamental para garantizar su buen funcionamiento. Pero para asegurar una buena conectividad, se necesita un proveedor de servicios de Internet (ISP) fiable que gestione y transmita los datos a alta velocidad. Con un ISP, puede conectar sitios web con sus usuarios y acceder a recursos en la nube. Esto establece un referente para el área espacial al que presta servicios. Por tanto, monitorear los ISP es vital para poder determinar los interlocutores que tienen alta latencia, detectar interfaces que causan interrupciones e identificar consumidores de datos masivos que no son aplicaciones críticas para el negocio.
Por ejemplo, supongamos que ABC es una organización que utiliza un ISP más grande para tener sus propios operadores de telecomunicaciones de alta velocidad y ofrecer un mejor servicio a sus consumidores. Con una conexión a Internet de alta velocidad, hay un mejor ancho de banda que permite a los usuarios y dispositivos coordinarse y colaborar mejor. Si en algún momento el ISP tiene problemas de conectividad o hay pérdidas en las interfaces que provocan interrupciones, esto acaba repercutiendo en la organización. Cuando hay una caída en la velocidad de Internet, esto afecta a la productividad y se pierden otras ventajas relacionadas con el Internet de alta velocidad. Una conexión a Internet más rápida puede ofrecer velocidades de carga y descarga uniformes. Por lo tanto, monitorear los ISP se convierte en una tarea indispensable del monitoreo de redes, que implica recopilar datos relevantes, y responder y detectar problemas críticos. Finalmente, los ingenieros de redes pueden analizar y compartir la información periódicamente con los ISP a través de informes y tomar decisiones informadas de forma proactiva.