Las redes forman parte integral de nuestra era tecnológica. Las configuraciones en las redes desempeñan un papel fundamental, ya que las mantienen totalmente funcionales y libres de cualquier inactividad. Sin embargo, gestionarlas es un reto y una tarea difícil. Como resultado, se producen muchas equivocaciones y tiempos de inactividad debido a configuraciones erróneas o cambios de configuración no autorizados.
Casi el 80% del tiempo de inactividad de la red se debe a errores relacionados con la configuración. Un pequeño cambio en ésta puede provocar la caída de toda una infraestructura de TI en un minuto, lo que conlleva enormes pérdidas en términos de tiempo y dinero. Aquí hay cinco desafíos clave de la gestión de la configuración que un administrador de red enfrenta al gestionar los cambios de la configuración y cómo ManageEngine Network Configuration Manager le ayuda a superarlos.
La seguridad es la clave de todo. Si se deja una puerta abierta, caerá todo el imperio. Bloquear el tráfico exterior no autorizado de la red interna y utilizar únicamente firewalls para garantizar la seguridad ya no es suficiente para proteger los datos, ya que muchas amenazas seguirán entrando en la red. Los errores de configuración de seguridad han ingresado en la lista Top 10 de OWASP del 2021 de los riesgos más críticos para la seguridad de las aplicaciones web.
Por ejemplo, suponga que en una organización enorme con múltiples equipos y redes se realiza un cambio no autorizado en una red. Imagine la pérdida de tiempo y dinero que podría causar. La organización podría no recuperarse. Si un operador de red autorizado en esta misma organización realiza un cambio no deseado, causaría el mismo impacto que el cambio no autorizado.
Surgen tres grandes problemas de seguridad: quién, qué y cuándo. Se debe controlar quién hace el cambio, ya sea autorizado o no, junto con cuál es el cambio y cuándo se hizo.
Las tecnologías cambian constantemente junto con las redes. Los administradores de red tienen que estar al día de las últimas mejoras y funciones, lo que suele ser difícil y tedioso. Si hay una configuración estable, los administradores de red tienden a hacer cambios en ella por una corazonada, lo que puede llevar a una modificación positiva o negativa. A veces, incluso se realizan cambios masivos.
Los cambios que se realizan en una buena configuración pueden deberse a varias razones, como mejorar la seguridad o hacer que la configuración sea viable. Si se convierten en un cambio negativo, los administradores de la red deben ser capaces de abordarlo, incluso cuando es grave y de uso tecnológico desconocido.
Se producen muchos cambios cuando las configuraciones se actualizan constantemente y, en la mayoría de los casos, los administradores quieren consultar las configuraciones anteriores para ver qué tipo de modificaciones son necesarias. En algunos casos, cuando un cambio no es deseado, comparar todos los cambios de configuración realizados en esa versión, con una antigua y estable, ayudará a los administradores a analizar mejor la situación y a localizar los cambios no deseados durante la resolución de problemas.
Si hay varios cambios de configuración realizados en una red, los administradores de ésta no pueden compararlos manualmente línea por línea. Sería casi imposible, tedioso y una gran pérdida de tiempo. Algunas organizaciones todavía comparan manualmente la configuración, lo que supone un coste para sus administradores, ya que implica mucho tiempo y esfuerzo. Esto se debe resolver inmediatamente con la comparación de configuraciones automatizada.
Los operadores de red que informan a los administradores de red realizan los cambios necesarios en las configuraciones para agilizar el rendimiento. Estas modificaciones, aunque autorizadas, deben ser validadas por los administradores de red. Validar cada cambio requiere mucho tiempo, y si no se hace, podría dar lugar a una modificación no deseada y a un tiempo de inactividad. Por lo tanto, este es uno de los principales retos de la gestión de cambios de la configuración que hay que superar.
Cada vez que se realiza un cambio no autorizado y se introduce en una red, es porque los administradores de la red no estaban al tanto. Sin notificaciones de cambios en tiempo real, los administradores no sabrán qué modificaciones se realizan ni cuándo. Al momento de realizar un cambio no autorizado, hay que supervisarlo y no permitir que se efectúe.
Con una función de notificación de cambios, se obtienen notificaciones en tiempo real cuando se realiza un cambio, y el administrador ni siquiera necesita estar conectado a una herramienta de automatización de red. Cuando no se proporciona esta función, es un reto tedioso para los administradores supervisar los cambios 24/7.
Para obtener más información sobre los retos operativos de la gestión de cambios y configuración de la red, lea nuestro documento técnico.
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