Antes de la automatización, las redes se gestionaban o mantenían manualmente. Por ello, los administradores tenían una gran sobrecarga de gestión y les resultaba difícil validarlas en función de su resultado u objetivo empresarial: su intención. Además, muchos administradores no sentían la importancia de la validación de la red en ese momento, lo que condujo a muchos percances desastrosos en esta.
Hoy en día, las redes se han vuelto más complejas y casi imposibles de manejar manualmente. Esto ha allanado el camino para su automatización mediante herramientas para tal fin, lo que ha minimizado en gran medida el porcentaje de percances de la red en todo el mundo.
Ahora, para minimizar aún más los desastres relacionados con la red, se ha introducido la validación de la red, que combinada con la automatización, proporciona el proceso de red más fluido para su infraestructura de red.
La validación de la red inspecciona si su entorno de red está funcionando o funciona según la intención requerida. Este proceso empieza por la conectividad física e incluye el stack de protocolos. Aquí, cada capa de la arquitectura de red se valida según su intención.
El primer paso de la validación de la red es conocer la intención exacta de la misma. Una vez finalizada la intención, podemos proceder a la validación de la red para la intención finalizada. Hay muchas fuentes a través de las cuales se puede conocer la intención:
La validación de la red es similar a las comprobaciones previas al vuelo, en las que se realizan chequeos estándar antes del despegue y el aterrizaje. Algunas de las ventajas de la validación de la red son:
La validación de la red tiene tres criterios importantes: El qué de la validación de la red, que consta de tres niveles que determinan la protección. El Cuándo de la validación de la red, que también contiene tres niveles de cuándo debe hacerse una validación. El cómo de la validación de la red, que nos habla del enfoque de la misma. Conozcamos en detalle estos tres criterios:
Una validación de red básica tiene tres niveles:
La verificación es el paso inicial de la validación de la red y se realiza para garantizar que todos los escenarios de procesos de la red en su infraestructura sean correctos. Algunos de los aspectos importantes que se cubren durante la verificación son si los paquetes DNS llegan al servidor DNS, qué rutas de enrutamiento se especifican y la disponibilidad de los servicios tras un fallo.
Las pruebas funcionales se utilizan para comprobar los comportamientos de la red para ver si funcionan como se pretende de extremo a extremo. Esto puede incluir la confirmación de que los routers están utilizando los protocolos de enrutamiento y la ruta correcta, los paquetes están llegando adecuadamente a los servidores sin interrupción, y el tráfico de la red está utilizando las rutas de respaldo previstas si se bloquea.
Las pruebas unitarias se utilizan para inspeccionar varios aspectos de los dispositivos presentes en la red, como si tienen configuraciones correctas, ASN precisos, etc. Esta forma de validación es un método de prueba sencillo y efectivo en el que se identifica inmediatamente la causa raíz cada vez que falla el proceso de prueba. Sin embargo, con las pruebas unitarias no tendrá una imagen clara de los procesos de extremo a extremo.
La validación de la red se realiza en tres etapas:
La pre-implementación se realiza antes de que se aplique cualquier cambio (nuevo o modificado) en su infraestructura de red. Aquí, todos los cambios que se van a aplicar se verifican a fondo antes de su implementación completa, teniendo en cuenta las operaciones de red previstas.
En este caso, los nuevos cambios se aplican tras una exhaustiva fase de pre-implementación. Esta etapa no se producirá hasta que se completen todas las validaciones de pre-implementación.
Una vez finalizada la implementación, se realiza otra comprobación de validación para confirmar si la implementación ha tenido el impacto previsto. Este método no detiene por completo los errores, pero ayudará a estabilizar la producción frente a percances desastrosos.
Hay tres enfoques para la validación de la red:
El análisis basado en modelos es un enfoque que describe el comportamiento de las redes en una serie de escenarios utilizando configuraciones particulares. Este método se utiliza a través de la simulación y de las matemáticas abstractas. De igual manera es el único enfoque fiable para realizar verificaciones, pero también puede presentar a veces una verificación ligeramente inexacta.
La emulación es un banco de pruebas que los ingenieros de red pueden utilizar para implementar y comprobar las configuraciones de forma segura. Este enfoque es útil para predecir cómo se comportará un entorno de red, siempre que esté compuesto por software de producción similar a los entornos emulados.
El análisis del estado operativo es cuando los ingenieros de red aplican cambios en las configuraciones de red y comprueban si funcionan con el propósito previsto, como por ejemplo si la configuración del router recién configurado ha realizado algún proceso previsto. La principal ventaja de este enfoque es que comprueba el comportamiento de redes enteras. Sin embargo, dado que sólo es compatible con la validación post-hoc, existe una mayor probabilidad de que se produzcan fugas en su red.
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